lunes, 29 de julio de 2013

Huérfano II

Bien, esta vez me toca a mí traeros una nueva historia. No tiene título, el archivo está nombrado literalmente como '¿!¿!', pero supongo que el/la que la coja (si alguien decide coger esto -.-") le pondrá uno bueno.
La historia se me ocurrió en uno de mis delirios después de leer el libro Rubí. Estaba pensando en Jumpers, una película que me gusta mucho, y se me ocurrió una historia que es en parte una mezcla, aunque es totalmente mía, supongo.

La historia narra la vida de Silvia, una chica soñadora que siempre ha querido viajar. Una noche, tumbada en su cama pensando en que le gustaría visitar París, tiene un sueño extraño en el que se cae de la cama y reaparece junto a la Torre Eiffel. Y ahí comienza su historia.

A la mañana siguiente cree que todo ha sido un sueño y sigue con su vida normal: Va a clase, aguanta a sus estúpidos compañeros y habla con su mejor amiga Alba. Al volver a casa juntas, se encuentran con un misterioso chico que siempre está sentado en un banco frente a la casa de Silvia, aunque a ella le da muy mala espina.

Aquí comienza la historia:
Estaba tumbada en mi cama cuando todo ocurrió. Me gustaba fantasear sobre los sitios a los que me gustaría viajar. En esos momentos pensaba en París, en cómo me gustaría visi-tar la Torre Eiffel. De repente, el techo de mi cuarto se desvaneció, y sentí cómo comenzaba a caer. Cuando topé con el suelo, me di un cabezazo que me dejo inconsciente, pero antes de desvanecerme logré ver un gran edificio de metal que llegaba hasta el cielo estrellado. La Torre Eiffel.

Un pedazo de la historia:

 —¿Qué haces aquí? —dice una voz a mi espalda.
Me giro, y veo al muchacho de ojos grises y cabellos oscuros que siempre está merodeando cerca de mi casa. Sorprendida, le contesto.
—¿Qué haces TÚ aquí?
El muchacho entra en cólera de repente, como si yo tuviera la culpa de algo.
—¡Tú no tienes que estar aquí! ¡Vete de aquí! ¡LARGO!
—¡Vete tú! —le contesto, y salgo corriendo sin fijarme adonde voy.
De repente, el chico aparece delante de mi como por arte de magia, y me asusta. ¿Cómo ha hecho eso? Tengo miedo. Sólo quiero estar en casa. «Quiero estar en casa, quiero estar en casa, quiero estar en casa» repito dentro de mí, con los ojos cerrados, como si cuando los abriera fuese a aparecer allí.
El muchacho, que todavía está delante mía, me coge de los hombros, y grita:
—¡VETE!

Entonces me empuja, y caigo al suelo.

Bien, y eso es todo. Ya sabéis, si queréis esta historia avisadme por un comentario y os enviaré todo lo que llevo, que es bastante poquito, y alguna cosa que tenía pensada para los demás capítulos. 
Aviso que la escribí hace mucho y no está muy bien narrada, pero se hace lo que se puede -.-"
Atte: Medio-Yo 1 (Ane)

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